Darío Ernesto

Existir en pensamiento



Hubo un día, que el alma llego a la cima,
por ese entonces ,tersa la piel aun firme la carne
un glorioso día, allá en las décadas 
no lo sé, algo, un brillo en los ojos
cobriza la piel de los veranos
en una sonrisa, de blancos dientes,
mi calcio, mis marfiles , mi pelo
ese día, de un cielo azul, pues abracè tu alma
e imagine tu vida en los futuros nebulosos
tal bello día,
pude distinguir el querer superfluo,
entre vanas palabras,
saber el exquisito sabor del amor, de amarte
como algo infinito, deseando perpetuar tal suspiro
y como pareciese
en la vida , la felicidad nunca es completa
desperté al mundo, enferme
en lenta agonía
sabiendo que existe la peste
los dolores y muerte
lentamente deje caer los brazos 
como caen las hojas en otoño
acepté que las estaciones del tiempo pasan
como pasa rápido el recreo largo en las escuelas
volví al aula, retorné a demacrar la risa
convirtiéndole en llanto
pues no es eterna, la vida arrendada 
por nuestros celestiales cuerpos.
Darío Ernesto Muñoz Sosa.
Autor.