No querìa admitirlo.
No querìa siquiera pensar en ti.
No deseaba añorarte.
Ni extrañarte,
ni nada.
Pero mìrame, mìrame aquì...
escribiendo. Pensando en ti.
Recordando tus ojos,
evocando tus labios.
Saboreando aquellos besos,
sintiendo morir a cada instante.
Con los ojos humedecidos
y el pecho rebosante.
Creyendo que ya te habìa olvidado.
Y dàndome cuenta de que no es asì.
Que sigues en mi mente.
Y que de amor por ti, mi corazòn està inundado.
¿Què puedo hacer??
¿Intento olvidarte de nuevo?
¿O dejo que sigas viviendo en mi?
Olvidarte creo que no podrè,
ya que solamente a mi sentimiento ignorarè.
Porque tan solo en un descuido, vendràs a mi.
Y no me podrè defender.
Me gusta que de pronto algo de ti aparezca en mi mente.
Porque entonces es cuando me siento viva.
Y en mis ojos hay una gran luz.
Es el fulgor de este amor que aùn siento por ti.
Te extraño, te extraño mi amor.
Y quisiera de nuevo habitar en tus brazos.
Dejar a mis manos acariciar tu cabello.
Besar tu frente y contemplar tus ojos.
Sentir còmo me abrazas.
Respirar aquèl aliento tuyo.
Estar nuestros rostros tan cerca.
Y despuès besarnos.
Besarnos lentamente, tal vez con timidez.
Y a la vez tan efusivo.
Como si no existiera nada màs.
Sì, extraño eso.
Y extraño escuchar mi nombre de tu voz.
Ir por las calles de tu mano.
Y mirar còmo vas a mi lado tan feliz.