ALFREDO

EVELYN

Tanta noche hay en mí,

tanta nostalgia,

ya parezco iglesia,

ya asemejo una nube de espuma,

de espuma que recubre

la tela firme de mis sueños.

Tantas estrellas hay en mí,

aquellas que durmieron

en nuestro viaje a Chachapoyas

Hay tanta noche,

tantas estrellas en mí,

tanto deseo

y lo expreso

gritando al cómodo silencio

que no me deja oírte

y a la distancia enfurecida

que no me deja verte:

Por qué ha de estar lejos

la dichosa responsable

de mis amaneceres jubilosos;

por qué ha de estar lejos

la hermosa responsable

de mis tardes arenosas;

por qué ha de estar lejos

la grandiosa responsable

de mis noches de marea.

 

Hay mucha noche en mí,

tantas estrellas,

tanto de tu imagen,

de tu sed,

de tu presencia jubilosa,

de tu estallido de belleza,

de tu rostro

que emociona como fiesta.

Hay mucha noche,

demasiada nostalgia,

tanto de ti

como pájaros en campos

donde dio a luz la primavera.

Hay mucho de ti,

eterna vía de hadas amorosas,

Hay mucho de ti,

mansedumbre de santos complacientes.

Hay mucho de ti

en mí.

Mucha noche;

mucha tarde;

mucha alba vespertina.

Hay tanto de ti

en mí

que al recordarte

me siento dormitando

en la vastedad del universo.