Alexander Vortice

Mátamelo Muerte

No puedo expresarte el océano.

Tal vez pudiera darte un hilo de mayo

y flores de planeta feliz que guarda en un riñón

la carta del zorro y el enojo de no haberse roto

cual amanecer.

 

Mátamelo muerte: Mátame el asombroso dolor

que duele y duele sin remedio;

mátame la consciencia y el honor –por favor-

de no seguir siendo hábil dentro del abismo,

discreto ante el disgusto de verme sin verme.

 

París me espera sin contratos y yo me alegro

de ser beato en medio de las masacres

del milenio. Me alegro, Muerte, si eres tú

quién me libre del espanto de continuar

viviendo sin ánimo de morir por siempre.