Raquel Garita

Lo que el viento se llevó.

Dejó mi nombre gravado en la arena. Incluso dio forma perfecta a lo invisible. ¡Oh verano inolvidable! Aquella vez el sol esperanzó nuestros sueños. Cayó una tarde de luz que me enlazó a la oscuridad. El cielo se tiño rojo, naranja, de mil colores... Ese horizonte enloqueció mis sentidos. Creo que aún saboreo la sal del mar. Oh luna hermosa que se refleja en tus ojos. Cambió la rutina para permitir que nos amaráramos por última vez. Nunca más lo vi. Sus huellas desaparecieron por siempre.