victor febo

DULCE LÁGRIMA

Es necesaria una lágrima de dulzura y ensueño,
para renacer disoluble en la calmada ternura,
con placenteros manantiales de silencio
emanados de confusa sombra de la locura.

 

El apasionado consuelo,
indiferente al abatido sentimiento, 
se abandona en el resplandor velado,
entre densos rumores de indelebles desamores
que colman de rumores el verbo del aliento 

Del esbozo estimulado por la delicia de la quietud,
brotarán otras pasiones diseminadas
que alejaran los andados recuerdos
labrados en la nostalgia de la memoria.

 

De la sincera espera abandonada,
renacerá el deseo liberado…

para romper la carencia del encanto,
con distintos suspiros de sublime pasión…

en ese dulce impulso de anhelo, 
contenido en un inefable desaliento.

Del inevitable sueño de la vida,
el efímero desvelo del alma enamorada
en  la noche renovada con el despertar de un beso,
entre la ternura de una desnuda mirada