Raúl Daniel

Paraguay!

¡Paraguay!

 

¡Tierra linda...! que me recibiste

cuando más triste estaba,

muy poco me preguntaste,

tan sólo... si “me hallaba”.

 

Aquí hice el duelo del divorcio,

aquí coseché amigos

(¡muchos más de los perdidos)

¡Kate[1] heta[2] su nobleza!

 

Aquí caminé con Dios

por los ferrosos caminos, ¡polvorientos!

yvy ári che py kuéra[3],

pe yvágare[4] mi cabeza...

 

Aquí recibí un amor

que nunca había conocido,

encarnado en kuña kuéra[5]

¡iporâ[6] cómo princesas!

 

Ojos verdes, grises, pardos,

negros, que olvidarme hicieran

mis tan profundas tristezas...

¡pe eiretéicha he’êteva[7] todas ellas!

 

Arroyos, lagos y ríos... serranías,

floridos pueblos y etnias

de guaranítica hegemonía,

vegetación exuberante...

¡ava[8] ha rymba[9] en armonía!

 

Libertades que se logran

¡aun al precio de la vida...!

jóvenes venas que estallan

en las plazas y las riegan

¡en histórica bravía...!

 

Paraguay, ¡cuánto te quiero!

te debo lo que ahora tengo,

todo bien viene del cielo,

ha Tupâ[10] quiso ayudarme

¡echando mano a tu pueblo!

 

Valor, amor y lealtad,

¡tu gente no está dormida!,

Paraguay, ¡qué bien estás!,

corazón que late y sangra,

de la América Latina!

 

(Porâ ieterei lo mita[11])

 

 


[1] Lujo.

[2] Grande.

[3] Sobre la tierra mis pies.

[4] En el cielo.

[5] Mujeres.

[6] Hermosas.

[7] Dulces como la miel.

[8] Hombre.

[9] Animales.

[10] Dios.

[11] Muy linda la gente