Vicente Martín Martín

Olvídate del sur

Olvídate del sur, de la ciudad eterna, de las nieves que buscan

los hijos primogénitos,

olvídate del tiempo en que afloraban, sin dolor en los pies,

tantas revoluciones

y olvídate de ti,

de las frases enteras,

de la edad de los mirlos, de las noches a oscuras que improvisas,

de todo

cuanto llamas amor

pues los días del agua están contados

y esto apunta

a Estación Terminal, fin de viaje.

El colmo del absurdo no te libra de los bultos obscenos

y a estas horas no cuentan las mentiras piadosas

ni se vuelve irritante la inocencia

ni hay constancia

de turistas incómodos que abandonen los barcos arrojándose al mar.

Si insistieras

en llamar a las cosas por su nombre observarías

que está llenas de fiebres analógicas, de parajes difusos,

verías

que no existen palabras inequívocas

ni ternuras que amparen silencios monolíticos,

por lo tanto, es mejor que cada cual

abandone su hotel sin previo aviso,

se asegure si es él y si aún conserva

partida de bautismo porque ya están las sombras acechando

sobre los aguijones de los desfiladeros

y de un momento a otro

todo cuanto se mueve será barro,

solamente

prototipos de arcilla que han llegado hasta la edad del olvido.