Raúl Daniel

De Que Edad Me Gusta La Mujer

De Que Edad Me Gusta La Mujer

 

Me gustas, mujer, pero no a cualquier edad...

Me gustas cuando el fuego quema todo tu ser

en la orfandad del amor y del querer,

me gustas al verte padecer la mayor necesidad

que yo puédate satisfacer...

 

Me gustas, mujer, cuando tus ojos

se inflaman y abandonan su color

para tomar el de las llamas,

para ponerse rojos...

 

Me gustas cuando tus manos queman

y apretando con ellas las mías

me lastimas, y concatenas

tus ansias en porfía

... ¡desenfrenada!

Como una anaconda arrollada,

a mi pasión doblegada

y dada a mi guía,

¡plenamente satisfecha de ser tomada

por mí y, de mí, enamorada!

 

Sí, me gustas así, a esa edad que tienes...

la edad de los ojos de fuego...

de los ojos de luna... de los ojos lucero...

de interminables batallas sin despojos,

¡sólo sangre bebidas por guerreros,

sólo ruego por más muertes en los ojos!

 

Me gustas a la edad cuando deseas darme

y darme y sólo contentarme,

envolviéndote en la pasión sin coto ni medida,

desenfrenada y atrevida, siéndote todo poco,

queriendo en un acto loco

entregarme toda tu vida.

 

Me gusta tenerte entre mis brazos

cuando tu mente se obnubila,

 soy tu dueño y haces caso

hasta al más pequeño de mis deseos,

queriendo beberme todo a besos.

 

Me gusta tenerte en tus años, esos

en que me permites fundirme en tu persona

y amarte hasta que enferme y enfermes,

deseando sentirme adentro tuyo

hasta en los momentos en que duermes.

 

Me gustas, mujer, cuando quieres

la muerte que sólo el amor da,

la muerte que viene cuando el cuerpo ya

más no puede...

 

Me gustas, mujer, cuando convienes

en que te haga estremecer hasta la médula,

a esta edad, la que ahora tienes...

¡no importa lo que diga tu cédula!