YoKo

Madama Butterfly

"Y en mis lágrimas de niña tejí un capullo,
el capullo de la vida logré romper"
Madame Butterfly, ópera de Giacomo Puccini

Primer acto

Es de trama la sonrisa que pinta a tono carmín,
donde mohín de mariposas encandila,
ella que con aceites cala su hebra,
ataja y vaga de noche los lamentos.


Encadenada al caudillo de los secretos,
en sombras su cuerpo renuncia a la familia,
que a cauto vuelo enmohecido es sofocada,
al instante que con sangre bosqueja corazones sobre su pecho.


Mismo que solo en soslayo la concreta,
en un abandono a las lejanas tierras,
dejando de su brío,
la esperanza con espejo a los océanos.


Segundo acto

Mariposa de péndola en imperecedero,
en espera, la dama, está por su venida,
mirando el piélago en busca de aquel, su rocín nevado,
en eterna zozobra, de que sea el sol quien la ha preñado.


Es ella el gemido oxidado de terciopelo,
con tristeza que divaga los susurros,
cuando de vuestro dueño es la mano ilustre de asesino,
hambriento de la sangre de vuestros hermanos.


Tercer Acto

Marino indiferente a bella mariposa
haciendo de su corazón la presa de deseos,
cuando de vuestro juicio,
del estolón la despojas dejando sus brazos vanos.


Mi dama mariposa, es de vos la sutileza,
abandonada al infortunio de odios de guerra
donde vuestro nombre testigo es de seppuku,
cuando en anonimato os recitan
“¡Mariposa… Mariposa!”


Clavel Rojo

© Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados

Seppuku; ritual  japonés de suicidio