Ramon Oviedo

Ensueños

 

Dulces sueños

que dominan tus encantos, cual madrina

de historietas y de cuentos,

con sus pócimas y varitas encantadas

rompiendo la voluntad

de un ser deseado, al que  hechizan,

y lo duermen con ensueños,

que lo apartan de vivientes realidades,

situándolo de infrecuentes escenarios

con la pluma y el incontrolable deseo,

con el pensamiento voraz

envuelto en el morbo, matizado de urgentes

y volubles apetencias,  con un tono ligero

de desesperación y prisa.

Personajes bien dotados,

de mágicas expresiones, de miradas ajenas,

de besos de pestañas puntiagudas,

de silencios callados

que rompen los cristales tallados

de las copas muertas de miedo

por la temperatura del licor,

copas temblorosas, asustadas

empañadas y borrachas,

si, copas borrachas de amor,

como duendes imprecisos

sin sombreros de puntas dobladas,

sin zapatos verdes suecos, ni suizos

sin bolsillos atiborrados de juguetes

sin amor, solo con un deseo fugaz.

 

Ramón Oviedo

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