Prudencia

Vigila!

Vigila, vigila

Y mientras dormían
sus amadas crías…
Una suricatta, desde su garita,
garita empotrada en arena desierta,
sus patas echaban raíces,
la iban cubriendo como un remolino
envolviendo el tiempo.
¡Firme ella se asía!
En tierras baldías,
Flotantes
como nubes
ahuecadas, sin mucho follaje,
sin importar su muerte…
Ella vigilaba, la casa, la fuente,
las tapias
formando murallas.
Ella…vigilaba con ojos muy grandes
Para que a sus hijos no se los comieran
las aves rapaces.
Pasaron los vientos, los días, las nubes rosadas,
se iba muriendo con las tempestades
los verdes paisajes .
vinieron nuevos vientos…
crecieron sus crías…
¡Ya son otros tiempos!
Ya la suricatta, ¡no tiene pelaje!
Sus patas, son una con la misma tierra
raíz engarzada en la arena desierta
Y…ella, aún vigilante…
sueño interrumpido en la noche oscura…
¡vigila, suspira, suspira y vigila! desde su garita,
su fuente, las tapias, su vieja muralla,
sus cuatro paredes donde fue su casa.



Prudencia Ortiz Arenas© 01.04.2014