HERMINSON YULE RIASCOS

A LA QUE LLENAN DE INJURIAS

A esa que llenan de injurias,

hoy  he querido escribir,

serä que saben sus penurias.

Ella esconde sus furias

y sigue como le tocó vivir.

 

Una vez quedito me dijo,

cada uno escoge su ruta

en mi caso no abandoné el hijo

que con el tiempo me maldijo

por que soy una simple puta.

 

Pero lo llevo en mi corazón

con un amor tan profundo

y no sabrá que viene de violación,

de la peor y hórrida acción

que puede haber en el mundo.

 

!Cuántas me dijeron ...dile la verdad!

cuentale de donde sale su estudio

que vea esa otra triste realidad

que hoy te llena de soledad

a ver si así se le quita el repudio.

 

Como yo... él es inocente

y los culpables como si nada

van por ahí entre la gente

con su paz y límpia mente

y no soy más que otra violada.

 

Por eso, las ¨damas¨ de sociedad

se creen con el derecho de opinar,

de atacarme sin pudor ni piedad

y yo sólo disculpo su necedad

pués mi tortura no la pueden imaginar.

 

Los que me tienen por dinero

no son más que violadores vulgares

cada uno abusivo y traicionero

de falaz y fácil amor, limosnero

que no valoran la de sus hogares.

 

Y ellas... me ven como basura,

indigna de un querer como el que tienen,

ya quisiera gritarles a ver si les dura

el sentir de ese que amor les jura,

entonces, por qué aquí vienen.

 

Otras van por ahí a escondidas

dando gratis por lo que cobro,

ellas son las putas y las vandidas,

luego se pavonean con risas fingidas

criticándome por cómo obro.

 

Cuando somos mujeres buenas

pocos nos dan el valor merecido,

pues prefieren las que son ajenas

causando así dolor y penas,

para qué un ser así como marido.

 

Pero cuando es él quien respeta,

quien dedica su tiempo al hogar,

ahí viene la relación secreta

que deja de serlo por lengua indiscreta

y empieza el circo del perdón y el rogar.

 

Le ví correr por sus mejillas llanto,

analizando cada palabra dicha

y pensé que un ser que ama tanto

que de lo malo vivió el espanto

no merece tal desdicha.

 

Será que su belleza es su pecado,

ella la hizo frágil y deseáble,

donde estará su crío amado

por que tal pago al irse de su lado,

le dejó una lúgubre tristeza inefable.

 

Tenía un nudo en la garganta

y no supe qué decir u ofrecer,

pensé que la mujer se agiganta

ante la adversidad y aquella santa 

otro tipo de vida debió merecer.

 

A esa que llenan de injurias

hoy he querido escribir,

será que saben sus penurias

ella esconde sus furias

y sigue como le tocó vivir.