Pegaso poeta

La Fortuna

La ciega diosa Fortuna

en ridículos desengaños

ante tanto desatino

su carencia de olfato delata

no detecta la suerte pasar

ni por sus narices

ni de cerca escuchar

el ruidero de la realidad.

 

Su sombra, la Esperanza

del verde, palideció.

 

Los tres ojos de la Prudencia, le dieron

un pasado olvidado

el presente vacío

y un futuro sin aliento.


¡Oh dioses del Olimpo!

ya quítenle la ruleta

y déjenle la cornucopia.