L. Roberto M. Uriostegui

Versos tristes

I

Hasta la escueta brisa del viento

rompe el frágil nido encubierto 

en la quebradiza rama que se mueve

con el vaivén del aire muerto.

 

La luna llora, triste, desconsolada

y las estrellas cantan una melodía.

Tono burlón y seco, voces canoras,

murmullos socarrones la dejan helada.

 

Y aquél juguete viejo, abandonado,

juega con su suerte viajando

por un mundo que lo ha rechazado

versos tristes los que ha plasmado.

 

Gritando calladamente en la bruma,

dejando sueños por doquier

tirando diamantes líquidos

que fácil fue soñar.

 

II

Dejé de escribirle a tu nombre,

a cambio encontré la soledad

no sabes cuánto he anhelado

en completa obscuridad tenerte.

 

No he dejado por las noches de soñar

has sido mía un sin fin de veces

imaginariamente nada más

algún día, estoy seguro, me amarás.

 

Rutinariamente veo tus ojos

y en veces, creo que ellos me ven

solo sinsabores y abrojos

imaginariamente nada más.

 

Escribí rimas simples para ti,

solo por si las querías escuchar

pasa el tiempo, debo marchar

pero que fácil fue soñar.

 

III

 Fuiste lo más espléndido en mí,

digo fuiste, porque es pasado

pero amor, si tú te hubieses quedado

inmensamente sería tan feliz.

 

Todo lo que empieza acaba,

tarde, muy tarde lo aprendí

tuve que perder tus labios

que ya no son más para mí.

 

Ayer desde muy lejos te vi,

era un metro más o menos

pero la distancia más larga

es cuando no nos conocemos.

 

Vi que tus ojos dirigiste hacia mí,

imposible, yo no existo ahí

alucinación, una vez más.

y que fácil fue soñar.

 

IV

 ¿Y qué fue de aquél guerrero?

sin saber nada le pregunté

\"cayó por una dama\"

que dolor, yo contesté.

 

Cuántas letras se han perdido

cuántas rimas por igual

que dolor por los nocturnos

que del olvido no han de regresar.

 

No solo letras, ni imágenes

mi cerebro volvió a susurrar

también los corazones, por una dama

se pueden envenenar.

 

Así tome aquel brebaje

y comencé a llorar, mientras

mi cerebro y corazón rezaban:

qué fácil fue soñar.

 

 

V

Mi piel soñó que la tocaste

más bien, soñó que te tocó

al contacto tú la despreciaste

por eso ella despertó.

 

Terciopelo suave color piel,

piel morena que toqué

solo un sueño y nada más

inefables labios yo besé.

 

Despierta que ya viene

gritaste a media noche

la realidad se avecinaba

y yo sin saber qué hacer.

 

Desperté con mi almohada,

una sombra, una mancha,

un tropel de pensamientos

qué fácil fue soñar.

 

VI

¿Y qué fue de aquella miel?

¿Y qué fue de tu entrega?

esa misma noche se acabó

ya solo queda la caricia de tu piel.

 

Hoy hasta la luna de luto se vistió

de negro se tornó el cielo

color que mi alma adquirió

después de que tu miel se agotó.

 

¿Hay una razón para irte derrepente?

mataré al hombre escondido en la letra

que te lleva, te enamora y te embelesa

o enterraré el sientimiento que te aqueja.

 

Es ese, él: eché aquel sentimiento

abandonado en una caja de cristal

a un lugar que elevé, me empeñé

vaya, pero qué fácil es soñar.