Raúl Daniel

Sólo Quería...

Sólo Quería...

 

Me juraste que me amabas de verdad...

que para siempre era tu amor...

yo te amé como lo hacen las mujeres buenas,

con todo el corazón...

 

Hoy no quiero reprocharte nada,

yo cometí el error,

no se le debe creer a un hombre

nada que diga en el ardor de su pasión.

 

Yo fui la ilusa, tú un picaflor

que su volar detuvo un rato

para libar de mi candor.

 

Ya pasó el tiempo de los reclamos,

de los lamentos y del mal trato,

y, aunque robaste mis ilusiones,

dejaste a cambio una esperanza

que con ternura acuno en mis brazos.

 

Si te preguntas por qué te llamo

por el teléfono, después de tanto...

no tengas miedo, sólo quería

contarte algo...

 

Se llama Claudio, como mi padre

(que fue su padre a falta de ti),

ya tiene un año, dice “mamá”

y a su abuelo llama de “tata”,

anda “gateando”, pero se para

cuando a la mesa toma una pata.

 

El mes pasado estuvo enfermo

pero pasó...

y fue su abuelo el que le compró

para sus remedios.

 

Es algo rubio, como tu madre,

de ojos celestes, como los tuyos...

y ando contenta porque mi padre

ya le compró para sus zapatos.

 

Bueno... te dejo... y te saludo,

sólo quería charlar un rato.