El invierno de tu adiós
En esta habitación hay más de lo que puedo imaginar, tu voz en una esquina de mi mente diciendo adiós y tu dulce aroma a piel corriendo lejos de mí.
Un tiempo acostado en el umbral del pasado y un dolor pisando sus sueños.
Si sientes el hielo, es el llamado de esta herida que dejaste en el invierno de adiós.
Nena, yo creí en tus palabras cuando me hablaban de amor y ahora no sé qué hacer con ellas; las entierro en tu voz o las libero al viento de esta desolación.
Un espacio barrido al lugar de tu inexistente sentimiento, donde te hallas corriendo lejos de mí.
Si sientes al frío, es que has tomado suficiente de lo que te daba para levantar este invierno de tu adiós.
No puedes tocar lo que no existe como el amor que me decías.
No puedes sentir lo que no tienes como el sentimiento que nunca entró en ti.
Dejé de rezar el día que me dejaste en este invierno de tu adiós, y el cielo se cae nena, se cae…
Si sientes el hielo es este invierno de tu adiós.
Te fuiste y ahora me abraza el invierno de tu adiós, te fuiste nena, y me besa el invierno de tu adiós…