Guillermo Osorio

QUIZAS EL AMOR SEA ESO QUE NUNCA ES

Y si hoy me enamoro de lo que está prohibido,

que hacemos mañana con lo que no hemos sido,

yo sé que tal vez tenga varios amantes,

lástima que el amor no sea el de antes.

 

Entre mi soledad y la suya hay un mundo de cicatrices,

pero el amor, mujer, juro empieza desde las raíces,

y me parece injusto que no exista una excepción,

que en cuestiones de cama no esté invitado el corazón.

 

Perdón, si no estoy de acuerdo con los demás,

tanto la quise en tres horas y un poco más,

me besó de un modo que tapo heridas que ni yo sabía,

y me sacudió el polvo de un alma que no conocía.

 

Acaso una dama no lleva una espalda desnuda para la ocasión,

y es que a todas les gusta el sexo cuando crea adicción,

por eso es que nadie está libre de pecado,

al cielo y al infierno se llega por el mismo lado.

 

Quizás digan que nuestro amor fue un accidente,

será mejor que lo aprenda o moriré de repente,

 

porque ella enseñaba lo que no decía una verdad,

en sus piernas las lunas de miel eran una realidad,

y es que con ella no hacía falta noches de bodas,

su vestido eran las sabanas que no pasaban de moda.

 

Y por primera vez no soy dueño de nada,

no es que importe, ella me espera en la parada,

y aunque tenga un día de luto me vende un sueño,

hace que el olvido en sus manos sea tan pequeño.

 

Sí, me prometió cien veces que su boca era mía,

era una mentira que me encantaba cuando decía,

y es cierto que una noche me dijo algo después,

quizás el amor sea eso que nunca es.

 

Y si habló de la esperanza era para saber,

me pregunto si en esas cosas hay que creer,

por eso no me extraña capaz sea un caso perdido,

y para mí un amor que jamás lo he vivido.

 

Y como no quererla indistintamente, juzgarla no podía,

me dejó lo necesario de esa pasión que enmudecía,

 

lo bueno es que no hay leyes que nos puedan separar,

cualquier excusa es válida para volvernos a amar,

así que ni pregunte si está ocupado el corazón,

todavía queda una vida entera para darle la razón.

 

Ojala no se apure y no se venga a enamorar con locura,

el amor es una enfermedad a la que no le encontraron la cura,

pobre ella que nunca supo de las guerras perdidas,

pero quizás pronto entienda lo que son las despedidas.

 

Y es que nunca te enseñan a decir adiós,

pero si no se cansan de hablarte de Dios,

una cruz como la soledad, un amor que no es,

y a quien le reclamo yo el sin ti después.

 

Pero no me quejo porque la quise enhorabuena,

    no me pregunten cómo pero valió la pena,

y si nuestro amor comienza o termina aquí, 

no es algo que me preocupes pues el amor es así.

 

Las Mercedes 12 setiembre 2012