Mágica belleza nos brindas,
cual anhelante doncella cautiva,
ocultas tus tributos al hombre,
que mancillarte quieren, alma mía.
Hermosos colores que brotan,
en destellos de luz divina,
eres arco iris que en lluviosos días,
adornan tu frente altiva.
Ríos y mares, de agua pura y cristalina,
de norte a sur te recorren por completo,
como invitando al navegante inquieto
a explorarte por fuera y por dentro.
Grandes tesoros ocultas en tu centro,
inmensas bellezas hay en tus aposentos,
maravillosos palacios de naturaleza expuesta,
eres un manjar para el explorador confeso.
Duerme tranquila, Madre Tierra,
prometo quererte y cuidarte,
protegeré lo bello de tu esencia,
gritaré al mundo que eres única y perfecta.
¡Mi amazona dormida, mi querida Madre Tierra!
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