la negra rodriguez

SIGUIENDO TU HUELLA (parte dos)

Recordarte es  traerte a la vida y darle sentido a la mía.

Te veo  siempre amonestándonos al Mario* y  a  mí porque  andábamos por los esteros del manglar, descalzos y volvíamos renegridos por el sol.

 Tú Siempre  con un libro en la mano, decías que de grande ibas a ser literata (con mucho énfasis).

Amabas la poesía y todo lo que significaba organización social. Eras la “mensajera de María” más destacada y los sacerdotes te dieron un  premio por  ello; porque sabías  “El cantar de los cantares” del Rey Salomón y lo recitabas maravillosamente ,como otras poesías y ponías el alma en cada verso y la voz se  te tornaba armoniosa.

hablabas con admiración de: Rubén  Darío,  de Bécquer, de juan de Dios Peza y otros más.Y ese “Reir llorando” lo interpretabas de forma  exquisita y los profesores siempre te hacían recitarlo en las horas sociales y de   castellano y por tus mejillas  rodaban lagrimas de tu alma.

En la escuela,  eras el ejemplo  de rectitud y aplicación, las maestras que primero te tuvieron  a ti y luego a mí, me preguntaban por qué yo no   podía ser como tú, pero igual, nunca perdía un año. A mí, poco me importaban la disciplina y las calificaciones.

En los recreos, conociéndome que tenía pocas amigas,  me llamabas para que juegue con tu grupo  en los partidos del “Diez”.* Un día, en pleno juego, chocamos, a ti se te rompió un  diente y a mí la frente. Siempre recordábamos  aquello y nos reclamábamos: tú el diente, yo mi frente.

Recuerdo cuando te enseñé el diario donde  salió el poema de Nagasaki e Hiroshima. Y tú,  a pesar de ser inmensamente largo, te lo aprendiste y era  el deleite de todos escucharlo de tus labios:

“Todavía me dueles Nagasaki,

todavía me duelen tus pájaros muertos

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Nagasaki, comprende,

que los niños muertos tiene muerta la son risa

tienen  muerta la  esperanza…”.

Sole, mi Sole yo siempre  bajo tu sombra…


* pongo \"al Mario\", porque así nos tratamos en la sierra entre familiares


*  Un juego  de pelota que consistía en hacer diez pases consecitivos  entre los jugadores de un mismo equipo.