Tesorito de mi alma, ternura de mi vida,
Extraño mucho tus sonrisas,
aunque sé haberlas apagado con mi falta de conciencia.
Durante muchos años estuviste a mi lado,
batallando lo que pareciese verse algo perdido,
pero debes entender que lo que hice,
fue prepararme para nuestra vejez.
Mi rumbo quizás fue algo confuso, no lo dudo,
pero tuvieron solo un propósito, que no excuso ni defiendo,
tampoco de ello me siento orgulloso,
pero al mirar atrás, si ahora intentara lograr lo hecho hasta el momento,
jamás hubiese podido ser.
El momento era entonces, porque los tiempos han cambiado
y de querer lograr hoy lo que ya es, sería imposible y tu lo sabes bien.
Mis métodos no son excusables, por haber estado ausente de sus vidas,
Y si miro hoy lo que se ha logrado, no vale la pena luego de haberte perdido,
Pero si miraras el amor detrás de lo logrado, podrías atenuar mi pena,
Volviendo para disfrutar de lo que nos durará mientras estemos con vida.
Hoy no tengo tu amor, pero todo el tiempo para amarte,
No tengo tu calor, pero si el frío de tu pena
No tengo tus abrazos, tan solo mis brazos vacíos.
Y la angustia en el alma por haberte hecho desenamorarte de mí.
Si me preguntas si valió la pena, te digo de inmediato que no,
pero si volvieras junto a mi, tengo el resto de mi vida tan solo para ti,
para seguirte y apoyarte con tus sueños;
para dedicarte cada minuto de mi tiempo, para llenarte de caricias,
y sin ser necesario que lo digas, dejar que la ilusión hable por los dos.
Te pido amor mío; vuelve! …y quita la tristeza de mi vida,
Que solo espero por ti para todos juntos alcanzar la plena felicidad.
A.Cuenca.