Xochiketzalli Miztli

Padre mío.

Tú, que osaste prometerle a mi corazón hace algunos días
has de saber que no soy de acero,
que mi sensibilidad es la misma que la de un niño inocente,
que mis ojos no son capaces de distinguir la maldad ni el odio...
¿Cómo disfrutar mi tiempo a tu lado,
si tú así no lo quieres? ¿Cómo?
Te enojas y maldices a cuánto puedes y se deja
por no haber hecho lo que quisiste con quien fue tu amor,
¿será que no te das cuenta que haces lo mismo conmigo?
¿será que también desperdiciarás tu tiempo y me dejarás
un doloroso y amargo recuerdo.