Alfonso J. Rodríguez M.

LA RUEDA DEL TIEMPO

 


Girando constantemente
como acechando los astros
luce la rueda del tiempo
su eterna magnificencia;
haciendo perfecta gala
de su marcada paciencia,
lanza su reto a los vientos
que se mueven hacia el norte
y otras veces hacia el sur
en búsqueda de horizontes.
 
Es indetenible, hambrienta,
voraz, discreta y atroz
temida cuando es veloz
y ansiada cuando es tan lenta;
es pequeña para algunos
y para otros inmensa;
no comienza ni termina
es tan bella su existencia.
que si algún día te alcanza
no sentirás su presencia.