Joseph Octavius Moral Lope

Circunstancias

Puedo contar las breves cosas

Que me quedan y las que he

Aprendido después de treinta

Años: un atardecer en Ciudad

Universitaria, el sabor a durazno

De un labial en esa misma tarde,

Crear la inútil metáfora

Del amor y la muerte en un verso

que sólo dos personas han leído, me quedan

Y definen ripios numerosos y lágrimas

Poco menos numerosas, la prosa de

H. Quiroga, La muerte y la brújula,

El vocablo en la frente del Golem

Que articula su muerte (met), la

Segunda y última fecha de mis días,

Algunas vanas erudiciones de lo

Que existe y que no me salvan…

Cada breve cosa que he aprendido

Y que conservo la daría al fuego o

al rigor enconoso de la tachadura

sólo por un instante de tu tiempo

o un recuerdo nítido como un

constante presente, aquel en el

que me diste ese preciso beso

con que me besaste y que hoy

es sólo una música tenue que huye.

A mis treinta años sé que la

Vida se ha detenido indefinidamente.