Raúl Daniel

Kapit sa patalim

Kapit sa patalim[1]

 

A veces sirve amar, (a veces no...);

a veces hay que empuñar el cuchillo por la hoja:

“Kapit sa patalim”; Manila o Nueva York,

Buenos Aires o Bangkok, ¡igual que es por aquí...!

 

A ti te clavaron en ella, yo, por mí mismo subí,

quería seguir tus huellas, ¡pero no lo conseguí!

São Paulo o Bagdag, si la suerte no se da,

“kapit sa patalim” ¡será!

 

Vas a tener que enseñarme a soportar el dolor,

ya que eres el experto en este asunto, Señor;

y tómate todo el tiempo, cuando quieras ven a mí,

me hallarás, creo, despierto...

“kapit sa patalim” me encuentro,

(casi no puedo dormir).

 

A todo hombre en el mundo le sería necesario

perder todo lo que tenga;

tal vez de esa manera aprenda y decida valorarlo,

mas, para recuperarlo, ¿a quién dos vidas le dieras?

 

El que no arriesga no gana... y al que lo hace ¡lo estafan!,

es la ley que hay por aquí; mientras alegres te dicen:

-“Mira a Cristo, no a mí”... Sigues valiendo monedas,

“kapit sa patalim”, ¡Rabí![2]

 

 

“¡Io te boglio benne...![3]” “¡Eu te amo, meu Señor...![4]

“¡Shalom, meahavat Elohim...![5]

“¡I love, my Lord, my Lord...![6]

(mientras te ponen los clavos...

aquí, también, así andamos)... ¡“Kapit sa patalim”!

 

En Thailandia, prostitutas encadenadas a camas,

(cinco chicas obligadas) al incendiarse el burdel,

murieron todas quemadas...

 

En India, algunas mujeres, al faltarles más opciones,

por el pan de sus pequeños, dan uno de sus riñones...

 

En São Paulo, ¡yo lo vi!, nenitas pintarrajeadas,

en semáforos y rutas, por autos, son “levantadas”,

¿“kapit sa patalim” estaban?

 

En cruces, en Filipinas, todavía, algunos se ponen

por un rato a sufrir, ¡nosotros no les copiamos!,

traicionamos, eso sí... y también abandonamos;

(de Canadá a la Argentina se escuchan iguales sones).

 

En Brasil, (hay que contarlo), sobran niños a montones;

¡lástima que, de los más pobres, algunos se hacen ladrones;

por eso “buenos señores”, (vestidos de polizontes),

los matan... para evitarlo. ¡Tú!, que habitas en los cielos,

¡¿Se puede ver desde allí...?, ¡¿No lo tapa ningún velo...?

¡¿“Kapit sa patalim”...?!

 

¿Quién amó con más amor

que aquél que Tú demostraste

(y, aunque pasó veinte siglos),

¿recuerdas donde acabaste...?

¡Si eso te hicieron a ti...!

¡¿Qué podría ser de mí...?!

 

Me ordenaste amar, y en eso estuve ocupado

en estos últimos años; hoy, de nuevo despreciado

(les parezco un bicho raro); sólo te quiero pedir

que me mandes a buscar... quiero dejar de decir

ya:... ¡“Kapit sa... patalim”!

 

 

 


[1] “Kapit sa patalim”: En Tagalo,  idioma filipino, literalmente quiere decir “empuñar el cuchillo por la hoja”, es un dicho popular de los más pobres.

[2] Maestro (Hebreo).

[3] Te quiero bien (La más pura expresión de amor en Italiano).

[4] Yo te amo, mi Señor (Portugués).

[5] Paz y amor de Dios (Hebreo).

[6] Te amo, mi Señor, mi Señor (Inglés).