El Poeta de la Tarde

En tus Pechos de Crepúsculos

 

 

Detrás de la noche,

me quedan tus  instintos,

donde te descubro,

sin portada y al desnudo,

a la carrera pero sin prisa,

en el desierto que tu apagas,

en tus labios de lluvia,

con relámpagos que vencen sombras,

alargando las madrugadas,

con tu piel de compañía,

cediendo cada espacio,

achicando la distancia,

y tocarte en lo que eres,

cuando me miras y te miro,

sin más palabras que esta huella,

pasión que no se diluye,

presencia y recuerdo al mismo tiempo,

porque en la ausencia permaneces en mis manos,

las que no te sueltan,

y se alargan en el tiempo,

para abrir tus ojos,

y marchar a tu paso,

con tus movimientos,

subordinado a los gemidos y sus ecos,

que se quedan en la brisa,

para pensarte en el silencio de la soledad,

y volver en las campanadas de tu horizonte,

en tus pechos de crepúsculos que me enamoran