bonifacio

Duérmete Gabo en la inmortalidad

Cien años de sol y edad

para volver hasta tu selva mágica

donde convive el amor y el pan

donde la lluvia es un mar de páginas.

 

Con tu partida todos volverán

los que aún quedan los que son fantasmas

a recibirte con la realidad

de una muerte del que nadie escapa.

 

Entreverados en tu funeral

rostros solemnes y sencillas lágrimas

muchos de ellos hoy te leerán

para saber por dónde anduvo tu alma.

 

Quizás ya sabes que la soledad

comienza ahora a pedir distancia

cien años pasan, un millón y más

pero no pasa quien sembró mañanas.

 

Duérmete Gabo la inmortalidad

te ha venido a llevar en andas

en su jardín ya puede descansar

la pluma viva de tu mano amplia.