Oh, Señor, soy poeta,
ya que no regresa el rey
ansío de ti una luz como esa,si no es contra tu ley dame algode lo que diste a Buesa.Tan grande bardo no cabíaen este mundo, cada rima suyacontenía polvo de estrellas,temblor de universo,era todo anverso y reverso,poeta de los polos,de la línea ecuatorialy los puntos cardinales,de lo cóncavo y convexo......y se marchó con su divinagracia a otras esferas, otros soles,otros puertos......verso a verso.Dio a la excelsa cadenciade su imaginería un sitialde muchedumbre: tibieza, magia,lumbre, pasión, melancolía......a su fluido canto corría el agua,cuando decía noche, anochecía,reverdecía a su mención del verde,legó un arado que el sentimiento labra.Cómo versar sin encontrar a Buesa,es dueño del místico sendero,farol y señor faroleroen la llana expresión de graciaprofunda, no hubo ni habrálírica voz como esa.Partió a inexploradas cumbresy mientras reposa su poesía respondecon la simple palabra.