Carlos Dguez

Un pecado.

En una humilde pensión

consumamos nuestro amor,

no había más que la pasión

y nuestro intenso clamor.

 

Pero el tiempo fue cambiando,

yo cambié y tú cambiaste,

y nuestro amor se fue enfriando

hasta que tú lo olvidaste.

 

O ¿fui yo quien lo olvidó?

no lo sé, ya no me acuerdo,

de pronto sólo quedó

en mi mente tu recuerdo.

 

¿Qué cambió? ¿Qué se murió?

se murió lo más preciado:

el amor que nos unió,

ese amor que fue un pecado.