kavanarudén

A ti, mi querida musa

 

 

 

La voz de Concha Buika arranca a giros mi alma, con su hermosa interpretación \"oro santo\" al lado del grande Javier Limón.


Esa voz hermosa, esa guitarra soñadora, me elevan. Me llevan lejano en el tiempo, en el espacio, en la distancia, en la añoranza.


¡OH sublime y adorada musa!


Arranca mi alma de cuajo y pórtala contigo lejos, hazla tuya, lerda, lentamente. No te importe mi cuerpo mortal, déjalo cerca del portal, ya lo cuidará el madrigal.


Hay tanto verbo dentro de mí. Diez mil historias por contar, millones de poemas que escribir, trillones de prosas por redactar, millares de versos que plasmar, que no se sí me dará la vida en su lento caminar.


Gracias a la escritura puedo morir, resucitar, ser un rey o un mendigo, ser sol, estrella, flor o bandido.


Mar en su furor o brisa suave que se expande sin fragor.


Ser una montaña perdida, una fiera herida, una suerte compartida.


Ser suspiro, ser cupido, ser un amante perdido buscando afanosamente su amor, su dolor, su primor.


Experimentar la mortal tristeza, la angustiosa nostalgia en su entereza, la soledad en su más cruda naturaleza.


Puedo con la inspiración convertirme el ave solitaria en vuelo migratorio, buscando un descanso meritorio.


Una luna llena solitaria y gregaria de amantes en la distancia.


Una rosa púrpura con su más sutil fragancia.


Una triste sepultura, donde se encierre toda la amargura, de un amor en su más plena y pura dulzura.


Una amante desesperada, una virgen consagrada, una viuda segregada.


Un amante en su ancianidad, que ha amado hasta la saciedad y es despreciado por la falsa e hipócrita sociedad.


Ser la muerte o la vida con su suerte, el eterno renacer o el amanecer en su yacer.


Hermosa musa de cabellos embrujados, llevo tu nombre, tu pasión, tu ser, tu polución en mi piel repujados.


Musa, hermosa creatura,
abrázame con pasión.
No niegues tu compasión
a esta tu ínfima criatura.


Soy sutil brisa marina.
Luna llena en la llanura.
El Bosque, en tal espesura.
Un suspiro en la colina.


Rosa roja solitaria,
su fragancia fresca en aria.
La solitaria plegaria.


Seré indigno servidor,
defensor, tu gladiador,
un afinado cantor.