azazz

Testigo... la poesía.

Desnuda me sorprendí en tus pensamientos

tus ojos me quemaban, tu boca me invitaba

respondí al deseo, ellos aumentaban, no cesaban

y lo confirmó nuestra intimidad que lloraba.

 

Acorta la distancia, acelera tus pasos

que siento desfallecer si no estoy pronto en tus brazos

recorre mis ríos, báñate en ellos

siente la tibieza de sus aguas ¡son mis deseos!

 

Con la fuerza de tu hombría

con mi sensualidad de hembra

pondremos de testigo esta poesía

y mañana, ya en calma, seguiré ajena.