Miguel Cruz

Luna Roja Bonaerense

I

 

La luna Roja, espera que un

pedazo de ella al menos vea en

su epílogo, durante la oscura

silenciosa y tibia madrugada

 

otoñal. Distinta a otras, has sido

en una correcta fila en bloque,

las luces de calle, sin chistar y estricto

orden, iluminan sobre lo extraordinario

 

como si no fueras a repetirte 

así,

tan poco usual, como yo componiendo

a estas horas, sin riego de vino 

y desayunado en canina compañia,

la roja luna aborde.

 

II

 

Su melodía escogida en largos silencios,

de tibios vientos otoñales; mostrandote

 uníca.

Resignados asalariados, alguno que otro

enfundados en su resignación pre-madrugada.

 

Dormidos y lentos trenes, caminantes pasos

de \"groguis\" pasajeros en compartidos sueños,

de lento paisaje suburbano.

 

A cada metro u estación, la claridad

gana terreno. La luz con la caliente

medialunas aparecen.

 

La luna roja, un recuerdo pasado quedo.

 

III

 

Encapotado el alba, Decorado en una

extraordinaria luna bañada en tinto,

en su redonda expresión, sin el infinito

de sus interminables edificios.

 

Ella sola, ahi brilla.

Ella sola, ahi una madrugada distinta

a lo habitual pinto

En el Norte del conurbano.

 

Como dos amigas experimentando 

un eclipse de exepción.

goteras de hedonismo

bordado

en  redondas gotas de sangre.

 

Rodeada en frías colillas de cigarro

ahogado, en un eterno mar de cenizas, sobre

Marcados vasos calientes,en evaporados

 

hielos, con la ultima gota sin beber.

Gota de un barato wisky, eclipsado,

en lo que fue un hielo.

 

El asomado blanco, de ojos 

rojos mañaneros, cede a su 

vampirico descanso.

a su rutina diaria,la luna

regresa.

Destellos ultimos de la luna roja

Bonaerense.