Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

LUJURIA

Cachonda es la palabra y no la excluyo

sólo sé que tu boca mojaba mi boca

hace unos días; cuando el barullo

¡bien lo sé…! De tu ansia loca

 

acurrucaba tus manos en mi pecho

mientras mi mano jugaba con tu seno

¿qué caso tiene callar? Si fue obsceno

aquél deseo intenso y tan estrecho.

 

Tú fuiste una mujer sin nombre claro

y yo el que tocaba tu entrepierna,

tú fuiste (esa mujer) y yo el avaro

que pagó tu caricia  –siempre tierna-

 

¿Quién eras  tú, qué me dejó sin habla

ni siquiera  bella,  pero eras mi consuelo?

Por eso yo te puse sólo: DIABLA,

pues fuiste mi pecado y mi desvelo.