Kike Alonso

SOLEDAD

Soledad,

compañera,

oscura quimera,

cuidadora de hielo,

donde la gente no habita.

 

Hambre,

al crecer,

impredecible,

doloroso y traicionero…,

mustio acordeón borracho,

empapado,

lúgubre y barriobajero

que pide y pide.

 

Soledad,

música quejosa

de la flama,

de la herida,

del tempo

de lo perpetuo.

 

Soledad,

ahogada en la penumbra nocturna,

arrugada en ceño fruncido,

enquistada.

 

Soledad

de luna reflejada,

esperando de mí…

un salto a la Nada.

 

Soledad,

de mi mismo

me sigues acompañada,

otro año más,

refrescando mis rimas olvidadas.

 

Y sólo la música del arpa que me atrapa,

y solo la paz de mi propio encuentro me sosiega,

y sólo, si el amor se arraiga,

daré al traste con tantos sueños

de esta luz…

que se me apaga.