Arenita.

La obra

No digas que no puedo amar,

o que no es claro ni propio,

es más digno de odio

para el que sabe actuar.

Actuando es que conocemos,

a fin de cuentas a quien

creemos estar amando,

y que sólo nos hace actuar.

Porque el amor es una obra,

que no divisa el final

y si tú quieres, que yo te ame,

vida mía enséñame a actuar...

pues no pretendas cariño,

ni insolencias, ni paz.

Si tú quieres que yo te ame,

vida mía, enséñame a actuar.

Porque actuando los grandes males,

y las penas, y la gloria,

con el amor se van.

Y si es así, todo es una obra,

la piedad, la tristeza,

eso te voy a enseñar.

No eres propia de tanto canto,

pero de saber actuar

eres agua al cántaro,

vida mía, enséñame a actuar.

Haremos de éste amor un teatro,

adónde el público irá,

y de la cama la escena,

donde tú enseñarás.

La vida es una obra, mi niña,

y si es que quieres amar...

como lo propio en la vida,

mi vida... enséñame a actuar.