LIZ ABRIL

DECIRTE QUE \"TE AMO\"

Se pasan los días, no quisiera pensar...

Invento mil cerrojos, mil puertas, mil caminos.

Mis pasos se apresuran para ir a algún lugar...

Mi mente se confunde con uno que otro ruido.

¡Estoy huyendo! ¡Lo sé! ¡Me he dado cuenta!

¡Pero es difícil huir de uno mismo!

Las cosas que suceden parecen no importar...

Pero al fin y al cabo son parte del destino.

¡No quiero! ¡Ya he sufrido!   ¡Pagué muy alto  precio!

Lágrimas, dolor, decepción, desprecio...

El amor cuesta caro y nadie hace descuento.

No quiero llorar, ni gritar, ni luchar,

ni arriesgar mi vida... por  quien toma al amor,

tal vez, como un juego.

Se pasan los días, no quisiera pensar...

¡Tarea ardua la de evitar los pensamientos!

Hacerle una gambeta a la razón

y encadenar los sentimientos.

¡Estoy huyendo!, si, pero estoy cansada...

necesito acurrucarme entre tus brazos,

respirar hondo y dejarme estar...

Hasta que tu boca me quite el cansancio.

Estoy cansada y tengo mucho frío...

sólo quisiera un poco de calor,

abrazarte y confiar...

con esa confianza ciega...

Que me haga entregarme sin siquiera preguntar.

Estoy huyendo y ya no quiero huir...

pero mi sangre se acelera por el miedo,

¡En algún momento tendré que detenerme!

¡Y me arrancarán el corazón de nuevo!

¡No! ¡No quiero entregar mi corazón!

No es el mismo después de aquel trasplante

y no resistiré otra operación...

¡Tanto dolor me volvió cobarde!

Pasan los días, las horas, los segundos,

no quiero que mis labios pronuncien las palabras,

no quiero que mis manos empuñen las caricias,

no quiero que mis ojos se claven como dagas,

no quiero que mis brazos se aferren a tu espalda,

no quiero ganar ninguna otra batalla,

porque mi cuerpo ya  cayó rendido

Y.. ¡Sólo me resta defender el alma!

¡Tanta huida, tanto desconcierto!

¡Tanto querer vivir en el exilio!...

con el alma refugiada lejos...

fuera del cuerpo y del alcance las cosas

que hacen daño, aún sin quererlo.

Tantos... ¡NO! ¡Tantas frases repetidas!

Hasta el hartazgo repetir ¡No debo!

¿de qué sirven puertas y candados...

si no puedo encerrar los pensamientos?

¿de qué sirven los caminos y los pasos...

si no puedo huir de un sentimiento?

¿De qué sirve negarme lo evidente?

¿De qué sirve no querer pagar...

si más tarde o más temprano

 la vida cobra el precio?

En cuotas, de contado, con recargos...

¡algunas deudas se prolongan en el tiempo!

¡Tanto correr y recorrer caminos!

para llegar al punto de partida,

darme cuenta que te busqué siempre,

Que hasta queriendo olvidarte recordé que existías.

que tu rostro se reflejó en otra gente,

que te extrañé en cada beso, en cada caricia,

que añoré cada palabra, cada gesto...

Y al compararte siempre el “otro” era quien perdía.

¡Y estoy cansada!  ¡Estoy muy cansada!

no quiero huir de ti ni de mí,

necesito pensar, recordar, necesito soñar...

Y  reconocer que estoy enamorada.

No me cierres los labios...

que no bastan tus besos...

no juegues ni hagas trampas

para evitar el momento...

no me dejes huir de mi alma y la tuya...

mírame a los ojos, aprisiona  mis manos...

que así podré vencer este terrible miedo

y juntar el coraje para decirte que...“te amo”