Donaciano Bueno

Yo vengo de una tierra

Yo vengo de una tierra donde la mar no llega,

donde el sudor releva al baño del verano,

lugar en el que mirando de frente el sol no ciega,

y resignada el agua dormita en los pantanos.

 

Yo vengo de una tierra donde la miés germina

cercada de zarzas, majoletos, matorrales,

garabatos dibujando, allí el agua camina

por traviesos riachuelos y humildes manantiales.

 

Donde los verdes pinos, donde los encinares,

destilando su savia perfuman el ambiente,

no habitan limoneros, naranjos, ni olivares,

en su infinita quietud la soledad se siente.

 

Yo vengo de una tierra donde la mar no sueña

con marinos que fueron a lugares lejanos,

aquí la mies dorada permanece risueña

y los granos de arena no son los mismos granos.

 

Yo vengo y nunca me he ido de mi querida tierra

aunque ahora sea la mar que tengo más a mano,

ni la brisa marina el viento es de la sierra

ni ahora los paisanos son los mismos paisanos.

 

Yo vengo de una tierra donde muertos de sed

sus campos labrantíos saliva suplicando,

nunca he visto aquí un barco ni tampoco algún pez

sólo al amanecer los labriegos labrando.

  

Mañana vuelvo a la mar, a mi casa chiquita,

para de nuevo ir a pasear sobre la misma arena,

a tumbarme y a soñar, llevándome la pena

con el alma rellena de tristeza infinita.