Alberto Montes de Oca

EL COLOR DEL AMOR.

¿Que cómo pasó? ¿No sabes?

Pues bien, si no sabes, te lo

diré, pero lo haré como

sólo yo sé contártelo...


Fue una tarde nublada por

pensamientos grises, negros,

que nos tenían de tono

igual a ellos, sin embargo,

como en el lienzo en blanco de un

artista, aparecieron

los colores. Los pintamos

con cuidado, entre los dos, y

plasmamos cada caricia,

cada beso con rojo de

pasión... Pintamos miradas,

el uno sobre el cuerpo del

otro. Miramos las almas

y nos entregamos con

cientos de abrazos eternos

que aún llevo en el pecho, pues

en ese justo momento

la arrancaste de mi pecho y

te metiste con un beso...

Nadie en la Tierra lo había

hecho jamás y nadie en la

Tierra lo volverá a hacer ya...


Mi fuerza, mi voz, mis ganas

de poder volver a confiar

en una persona, pues en

tu compañía estoy bien.

Seguridad... Pensamiento

que tengo al interpretar el

Nocturno de Chopin que me

inspira a la vez a escribir,

tanto letras en las hojas

de cuadernos cualesquiera,

como en las hojas donde 

se escriben las notas que son

leídas por mis ojos, que

son escritas por mis manos,

oídas por tus oídos

y sacadas de lo más

profundo del corazón,

donde, además de las notas, 

vives solamente tú...

¿Entiendes ahora lo de

la estrella? Lo cierto es que tú

eres aquella estrella de amor...