Fernando Martínez

A Ti, Hermana

 

Jamás esperé que un día

 

De la nada alguien como tú aparecería,

 

Y vendría directamente a cambiarme desde adentro

 

Dando luz a mis tinieblas

 

Alejando a mis demonios internos,

 

Llenando con su ternura hasta la parte más vacía de mi cuerpo.

 

Porque eres tú la que vino

 

A enseñarme a apreciar lo poco que tengo,

 

A decirme que no todo es lamento,

 

Pues un amigo es un hermano

 

Que comparte como padre el destino

 

Y como madre esa mirada y pequeña sonrisa

 

Que hace marchar el tiempo de prisa

 

Y manda a los recuerdos a guardarse en mí memoria

 

Donde me hacen volver en razón, por orden del corazón.

 

¿Quién pensó que tú y yo nos toparíamos alguna vez?

 

¿Quién conspiró a favor mío?

 

¿Será que cada día fue una escalera

 

que me ascendió hasta llegar a ti, hermana mía?

 

Y es que aunque me lo pregunté una eternidad

 

Respuesta a mi no habrá de llegar

 

Y solo me quedará conformarme con saber a ciencia cierta

 

Que contaré con la luz de tus ojos hasta el fin de mis tiempos

 

Que como mágico espejo en él veré mi reflejo

 

Abrazando con todas mis fuerzas y amor

 

Mi nuevo hogar, allí en tu corazón.