Poeta-Maldito1976

LOS MALDITOS Y EL TAUMATURGO

Iban a la misma basílica que Hemingway. De él ahora sólo les queda el anzuelo en la boca, aunque eso ya lo veréis.


Y también tenían reverso. Pero los encerraron a todos juntos, tanto que ya incapaces de distinguir a quién pertenecía su odio, acabaron por confundirse algunos y hay quien dice que procrearon. Y por eso Adriano les construyó un muro.


Los que han muerto ya no crecen en los rincones, se levantan y a veces eligen su camino. Los rayos de luz pasan por mi lado y yo ni siquiera puedo mirarlos porque mis ojos no se quieren abrir. Pensarás que están cerca. Yo también me pregunto por qué aún no me despedí.


Es mi último cigarro. Van a llegar. Con el humo se esparcen mis fragmentos y todavía no he conseguido un círculo. Esto es lo que ocurre cuando los malditos juegan a ser alguacil.