No hay cura,
 ni posible desconección.
Tienes el control
 de mi cuerpo y mi corazón.
Parece ridículo admitir
 que una sola palabra,
 una sola acción
 viniendo de ti
 sea capaz de alterar mi percepción,
 me deje incapaz
 de realizar cualquier acción.
Un títere tuyo soy
 con tus hilos decides si me muevo
 o inanimado estoy.
Matarme y resucitarme
 es fácil para ti
 con una sola oración.
No hay escape,
 pues no quiero escapar.
No tengo mas,
 pues no quiero nada mas.
Eres mi combustible,
 lo que me hace avanzar.
Dependo de ti
 y soy feliz
 con esa verdad.