rafael ospina cadavid

LA VOZ DEL CORAZÓN

 

 

 

Existe una impresión de silencios
en el sordo y mudo mundo del dolor
el alma sin pasos afligida desvelada
¡delira! ¡delira! ante la pavidez del corazón.


Esta noche a mi mismo me digo:
morir sería explorar un nuevo sueño
de semillas cuajadas con sinfonías orquestales
disfrutando el dulce suspiro del infinito
sepultando terráqueas penumbras y soledades.


Morir sería:
explorar dimensiones de colores desconocidos
en edificios de diademas convirtiéndose en poemas
¿acaso disfrutar la libertad del espíritu resucitado
en las caudalosas venas de un asteroide enrojecido?

Morir sería nacer de nuevo en los alares del cielo
dejar atrás la ficción endemoniada del sentimiento humano
tomar la forma resplandeciente de la alegría y el milagro
vivir eterno en la luz del tiempo y el espacio.


¿Será acaso morir la solución a mi dolor y mi quebranto?
-me pregunto anonadado y confundido-
y de inmediato me contesta el corazón entristecido:
-¡olvídalo y duérmete poeta loco enamorado!

 

Tato Ospina 
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Colombia