elrincondeeloisa

"CUANDO ANCIANO, RECORDÓ SU CASA"·

Lo dejé tumbado sobre el colchón de flores rojas

arrullado por una manta con polvo y apolillada,

-que guarda la vieja anciana-

Apenas cuerpo bajo esa manta, fetal asiento, y

sereno, se dejó quitar la gorra y quieto, muy quieto

miraba de reojo su deseo, su lugar, la vieja casa,

si se la promesa de evitar la luz entrando por la ventana.

Lo ví, viejo, descalzo, por la calle abajo sin oriente, frio

arrastrado, desastrado lo encontré

junto a su memoria, junto a su niñez gastada en los bolsillos,

buscando en un hilo de ímpeto la  llave oxidada

bajo el refajo de la vieja Dolores, su anciana,

la llave de su morada, sin ver la hora en la vieja casa.

Lo entré, y sin responder a nada, solo al recuerdo

de esa cama que un día lo amamantara,

donde su mamá cantaba, se dejó caer.

Miro desbaratada al anciano Luis, su manta

vacia de espacio, abarrotada de entraña,

mientras en la mecedora su anciana descansa,

hasta que el sol la abrige la piel arrugada;

y el sopor de la penunbra, la aleja del mañana

desesperada, sin ver la hora de retornar a casa.

Lo miro y creo que solo es paja el jergón bajo la manta,

paja forrada en flores de tela basta, tela vieja

que no se mueve cuando el descansa.

La anciana en la mecedora, helada, con el frio en la mirada

al presente clama que ese cuerpo, apenas nada,

se levante esta mañana y no le pida ese día la muerte

a esa cama, a la vieja casa,

pensando, si la memoria es lo último que se derrama,

su viejo Luis, no  perderá mas por el recuerdo la calma .

Escucho un voz cortada por debajo de la manta.

Me pide que compre un pan en ca de la boticaria

y unas sardinas en lata, llamándome Dolorica,

nombre de su vieja anciana; tambien lejos su mirada

en la mirada que asoma debajo de aquella manta

del viejo que un día dijo quererse volver a casa.

Eloisa