Francisco de los Angeles

PEQUEÑA

Una mirada una estrella,

Perdido en tus ojos tiernos,

Apagados suspiros a lo lejos,

Recuerdos eternos.

 

Increíble como paso,

El tiempo sin conocerte,

La mirada me cautivo,

Al placer eminente,

De tu vista callada.

 

Pequeña,

Pero grande corazón,

Corazón puro,

Puro como agua de manantial;

Eterno corazón.

 

Y un día te veré,

Frente a mí,

Te veré venir,

Y será mi felicidad.