L' Sefer

Huyendo Hacia La Muerte. (...)

Más allí se llenan mis pulmones,
De tupidos y extraños nubarrones,
Sigo dando besos a los dioses,
A esos que en las estrellas florecen,

El tiempo lo cuento y lo tengo presente,
Soñando en las cascadas de saliva,
Esas que se prenden en llamas,
Así mi iris esta borroso y caliente,

 

Las montañas se nublan,

Hasta llegar a la copas de los pinos,
Así reprimo mi instinto,
Atrás ves de los latidos de las ramas,,

Pierdes los tenues pero brillantes destellos,
Caminas desclaso entre sombras,
Sientes el roce que te empuja,

La decisión te recorre como la rabia,

Ahora el cambio esta en el eclipse,
Del rito de la desnudes de la mente,
Aún así recaes como un cisne,
Las palabras no se detienen,

Los tallos de los arboles en tu espalda,
La humedad resbala,
Se mezcla con el sudor del pecho,
La adrenalina escapa.

Preguntas como frustraciones,
El barro entre los dedos,
La autofobia las mejillas muerden,
Así las lágrimas suben al cielo.

Mis ojos saltan al mapa celestial,
Donde el beso no deja de ser fugaz
la vida se cuenta al millar,
y los ecos son hasta la eternidad,

Las constelaciones en la tierra,
Libros de pecados infundados,
Mentiras del quien soy,
O todo lo que yo era.

Perdido en ser alguien,
Soy una bestia polvorienta,
Los dedos de mis pies,
En el barro se entierran,

Arriba un cometa,
Mis manos se separan,
El cuerpo tiembla,
¿Será el frio o la perdida?

Debo subir a la sima de las montañas,
Debo ver arriba de las tinieblas,
Quiero al fin del principio,
Quiero contemplar todo este cuerpo,

Vidas son estas que se marchitan,
Gladiolos que piso en huida,
Maldito respiro de decepción,
Voy a trepar desde el rayo,

Voy comprender el mundo,
O morir saliendo de aquí,
Marte abraza a Hirieo,
Mi sangre esta ebullendo,

Tomo al fin las ramas y las rocas,
Debo subir, tengo que ver lejos de aquí,
Las sombras aclaran mi piel,
Sobre las nubes ahora estoy,

EL sol sobre la noche se quiere posar,
Debo saltar y llegar hasta allí,
Son miles de ojos que están sobre mi,
Aún sabiendo que allí no podre respirar.

 

Más allí se llenan mis pulmones,
De tupidos y extraños nubarrones,
Sigo dando besos a los dioses,
A esos que en las estrellas florecen,