El extranjero: –¿Qué tiene de bueno El Salvador?
Sin que me sorprenda la pregunta, intento dar una respuesta buena.
Me viene a la mente tu sonrisa y sin inmutarme, le digo:
–Hay buenos paisajes. Son hermosos, más en la mañana…
–pienso en tu pelo, y continuo– hay playas bellas, te recomiendo El Cuco.
Y hay buena música –digo, pensando en tu voz y tu risa– la mejor del territorio.
El extranjero: –Suena bonito ese país –dijo– va en mi lista.
–Sí, es muy bonito –si la conocieras a ella, pensé– ¿cómo no quedarse a visitarlo?
El extranjero: –A ti sí que te gusta tu país… Eso es bueno.
-Estoy enamorado de mi país –dije, al borde de empezar a hablar de vos–
es lo mejor que me ha pasado.
Y se fue alargando la conversación,
terminé hablandole de vos.