Raúl Daniel

He decidido matarte

He Decidido Matarte

(Realizado a pedido de una amiga,

relato de su experiencia personal)

 

He decidido matarte,

aunque no lo haré en tu cuerpo;

sino que adentro de mi alma,

donde vive tu recuerdo.

 

Nunca debí conocerte

y, ¿por qué me hiciste eso:

que teniendo tú, ya, dueña,

me embrujaras con tus besos?

 

¿Por qué cosa es que me pasa,

que cuando voy a mi cama,

donde, ahora, me faltas,

siento que me falta el aire,

será que tú lo robaste?

 

Cuando antes me apretabas

tomándome con ardor

y, en el fuego de tu amor,

hasta, un poco, maltratabas;

confieso: ¡me daba gusto!

aunque de ello me quejaba;

y ahora, ¿por qué me siento,

sin tus brazos, asfixiada?

 

Nunca debiste ocultarme

el hecho de no ser libre,

tal vez si hubiera sabido

no te habría amado tanto;

¡Ladrón, me llevaste el alma,

dejándome sólo el llanto!

 

¡Cómo fue que llegó a tanto,

que después no me importó!

eso que nos unió,

que para ti fue pasión,

a lo mío llamo error;

¡si hasta hicimos una casa,

y la hicimos entre los dos,

para ocultar nuestras citas

y allí vivir nuestro amor!...

¡Y a ella me voy cuando, triste,

quiero llorar mi dolor!

 

Voy a destruir tu recuerdo;

sí, voy, de ti, a olvidarme;

aunque en la vida sea

la última cosa que haga;

me diré hasta el cansancio:

¡que no te amo, que no te amo;

y lo haré de tal manera,

hasta que logre engañarme!

 

Soñé con ser tu mujer,

pero sólo fui tu amante;

y ya que no pude ser

la que te poseyera

¡tampoco seré de nadie!

Sólo buscaré a cualquiera,

para tratar de olvidarte.

 

Te mataré en mi memoria,

voy a parar de pensarte;

si eres un hombre casado,

no debes ser buena cosa;

pues nunca un hombre honrado

engañaría a su esposa;

no creas que soy tan tonta,

me apartaré de tu lado.

 

Me conseguiré uno más alto,

más joven y hasta más blanco;

haciendo con él las cosas

que, aún, tú no habías logrado;

¡no importa quién sea el hombre!,

poniendo sólo cuidado

para no equivocarme,

llamándolo con tu nombre,

¡cuando me esté penetrando!

 

Trata de no buscarme...

no me produzcas más daño...

ni a mí ni a tu familia;

deja que pasen los años

y procura olvidarme...

¡hagamos de esto un trato!

y, por lo pronto... y de mi parte...

y antes que este amor me mate:

¡He decidido matarte!