ivan rueda

UNO VA Y VIENE...

 

Uno va y viene

como el viento,

sin muros para lamentarse,

sin tierra para pisar.

Uno llora lágrimas negras

y las seca en un Panero

donde la locura se mezcla

con la ceniza de un cigarro.

Uno llora por llorar,

para no dispararle palomas al silencio,

para no caer en la trampa de lo vano.

Uno se transforma en alhelí,

en calandria, en tijeras que recortan la luna,

en pincel que odia los colores,

en uñas que se clavan en los ojos.

Uno, que a veces es cero

y otras un sinfín de números inexactos,

atraviesa la vida vestido de metáfora

para que nadie pueda acusarlo de prosaico,

de antología del estorbo,

de aforismo bajo fueros.

Uno va y viene como puede,

derramando lágrimas por su camino

como un viento que jamás pisa la tierra

porque las huellas son un asunto

de zapatos y no de alas

y a mí lo que único que me interesa es volar

atravesando muros que ni siquiera sirven para lamentarse.