Adelaida López Marcos

CARNERO Y TORO DEL DUERO


¡Levántate, alza tu memoria cana,

levántala valiente, fuerte y sana!,

y torea a tu avinagrada sombra.

No enerves tu sangre: llora, retoma.

 

No eres toro no, eres un gran carnero,

tu sangre es la que llora como Duero

y se ahogan en el ruedo tus ojos, 

tus tristes ojos valientes del Duero 

  

Zumo de agua de afluentes sementeros,

eres vega de pendientes y campos,

besar su barbilla de lado a lado

y cubrir de gozo al triste carnero.

 Un aliento de serena mirada

 

mueve sus aspas, late el corazón...

ya no es carnero, ¡es el toro del Duero!,  

cuando levanta sus ojos y el cuerpo.

 

Vegas de escuelas, senderos del pueblo

que andáis descalzos entre las montañas,  

cuidar al animal bravo y menudo

porque es como un niño grande y desnudo.