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El maestro y el Ahora.

—Querido maestro —comentó un discípulo—: a veces, antes de acudir a la clase, se me ocurren muchas preguntas por hacer, pero al llegar, ellas simplemente desaparecen. Siento que continúan existiendo, pero no se hacen presentes. 
—Amado discípulo —explicó el maestro—: las preguntas y las dudas surgen de una única actividad: el pensar. Los pensamientos te llevan a ocupar gran parte de lo más precioso que puedes tener: El Ahora.
—Si te digo: mira a tu alrededor, tú lo harás. Posiblemente si estás en el campo, observarás a una flor, pero inmediatamente querrás saber el nombre de la flor, a qué huele, registrarás en tu mente todos los colores, para que, en un futuro, puedas compararla a otras flores. De esa forma te apartas del momento presente, cuando en realidad, en la presencia de esa flor, solo deberías sentir: Oh! 
«Sentir la belleza, sin identificarla o etiquetarla con algo. Como si la estuvieras observando por primera vez. Saber su nombre o conocer su aroma o colores no te aportará nada que sea realmente real, tampoco permanente o que sea la verdad, y la verdad solo puede encontrarse en el “ahora”, cuando decides no pensar y vivir —sentir ese momento.
«Estarás viviendo el ahora cuando te liberes de la necesidad de entenderlo todo, porque sientes lo que estás buscando sin la existencia de conceptos.
«Todo el conocimiento está en ti, entonces no hay razón para las preguntas, porque la transformación interior no es el resultado de la respuestas a tus preguntas, sino el hallar una nueva relación con el pensamiento, donde tú tienes el control y le permites o no, ser seducido por ellos.
«La libertad mental de no pensar, es experimentar la paz del momento presente.